viernes, 12 de febrero de 2010

Road Trip por Marruecos: Agadir, Essaouira

 El día comenzaba con la noticia de que a primera hora de la madrugada llegarían nuestros amigos perdidos en el aeropuerto el día anterior.
Pero las 8:42 recibimos el siguiente sms:

“Subrealista!!! Después de retrasar el despegue un Tio al que le ha dao un ataque y se lo han tenido que llevar, resulta que había niebla en Marrakesh… Media hora dando vueltas y al final nos han traído a otro aeropuerto, ni idea de done estamos… Ahora nos llevarán en autobús a Marrakesh… Llegaremos algún día????

Tras este mensaje, viendo que la compañía aérea no hacia nada por sus viajeros, y alguna que otra llamada de desesperación decididmos alquilar un minibús y bajar a por ellos a Agadir, ciudad costera situada a unos 250 kms de Marrakech. Así comenzaba la aventura con Jamal.
Jamal perfectamente podría haber competido en la fórmula 1. Sus adelantamientos extremos, sus escasos centímetros de distancia de seguridad, sus  creo que hay espacio suficiente para meterse a la derecha tras esa curva que me impide ver…. Fueron lo habitual de esta parte del viaje por estas carreteras. No puedo decir más… simplemente que me considero un superviviente de ese trayecto.


 Por fin habíamos llegado a recoger a Maite y Alejandro.

Tras los abrazos, y las peticiones de no hacer más excursiones cada uno por su cuenta...


 le preguntamos a Jamal por un sitio para comer…. Y allá fuimos, la verdad que la comida estaba buena, pero esta comida fue el reflejo máximo de dos realidades de Marruecos.
  • Todo Marruecos es una verdadera red social en la que todos sacan beneficios. El feisbu o cualquier otra red está a años luz de Marruecos. Todos están compinchados con todos. Todos intentan sacar tajada. Los turistas son el euros con patas a los que sacarles algo.
  • La palabra higiene no existe en Marruecos. Y sino que le pregunten a Alejandro como tras intentar agitar un zumo de platano con algún cubierto limpio, el camarero llegó y metió su cucharilla poco limpia directamente al vaso, y se quedaba mirándonos pensando algo asi como "Y estos gilipollas que no saben agitar un vaso..."

  Y otra vez al minibus camino de Essaouira

 
  
  
  
 

Y así llegamos a Essaouira bien entrada la noche.
 
Essaouira, es una vieja colonia portuguesa. Es una ciudad amurallada con unas playas increibles. Y una ciudad con muchos rasgos occidentales. La ciudad sin duda merece la pena visitarla.

Al volver al minibus para iniciar nuestra vuelta a Marrakech nos encontramos con una persona dentro de nuestro minibus. Sin decirnos nada, el conductor y un amigo suyo habían acordado acoplar a un chaval americano (así es Marruecos) en el viaje. Así que comenzamos la discusión. No son formas de meter a alguien en el autobus... y sobre todo si quieres que te hagan un favor no está bien nombrar al dictador y llamar a Maite "Hija de Franco". Pobre chaval que se quedó en tierra...

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