Lo bueno de este video no es verlo, sino escucharlo. Escucharlo un par de veces con los cascos para que no haya otro sonido de ambiente.
Ese fragmento tan repetitivo de sonido, poco a poco se va metiendo en tu cabeza, y es tan pegadizo que practicamente a los dos minutos estas repitiendolo una y otra vez.
A todo esto hay que anadir la belleza innata del lugar
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