lunes, 30 de agosto de 2010

La playa cierra a las 19

Nápoles y las ciudades conlindantes forman una región complicada.

El peso de la camorra se hace sentir en cada rincón de las calles.
El carácter napolitano es un carácter agrio y duro, no se puede mostrar debilidad,  y esto supone en parte la  negación al prójimo. El resumen es: sigue tu camino y no te pongas en el mío. Yo soy la ley de lo que me pasa.

En tres días, dos días en Avellino y otro en un pueblo de las afueras de Nápoles, hemos visto gran cantidad de detalles de este tipo:
  • Hay normas de tráfico puestas por alguien que no soy yo mismo. Por tanto no le hago el mínimo caso. Ni semáforos, ni stops, ni cedas. Los adelantamientos se hacen donde sea.
  • Si no cogen dos coches, pues ya parará el otro que yo no voy a parar.
  • He aparcado en doble fila, y te impido sacar el coche. Da igual, sigo hablando con mi amigo que está en la acera hasta que me apetezca.
  • Todo lo que no sea mi propiedad es un estercolero donde puedo tirar la basura.
  • Aparco mi moto justo pegada a tu coche y tu vienes a sacar el coche... me da igual que tengas que hacer mil maniobras, no voy a mover la moto.
Existe una diferencia atroz entre el norte y el sur de Italia. Parecen dos países completamente diferentes.

Otra cosa que también nos sorprendió fue la chabacanería con la que está tratado el litoral. A la playa únicamente se puede ir atravesando horribles bares. Kilómetros y kilómetros de bares impiden el acceso directo a las playas. Locales de un gusto escaso es la única manera de acceder a la playa, El paseo marítimo no existe. Además una vez cerrados estos locales es imposible quedarse en la playa.
Las playas de Nápoles son enormes y de una arena muy fina. Con pequeñas islas como paisaje de fondo.... pero Nápoles y sus ciudades adosadas viven de espaldas al mar.









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